Aquí va un nuevo resumen semanal:
Esta vez hemos hablado en clase sobre la innovación tanto en el ámbito de la universidad como en el de la empresa.
Entre China y EEUU hacen el 60% de las contribuciones científicas mundiales. España contribuye con el 3.4% que coincide a grandes rasgos con el puesto de renta per capita (uno de los indicadores más importantes a la hora de evaluar países).
Cabe destacar que la inversión en I+D en España comenzó en 1965 con la creación del CAICYT (antes no se conocía la investigación profesional en España) y a partir de los años 90 la inversión se estancó aproximadamente en el 1% del PIB (aunque el objetivo, que debíamos haber alcanzado ya, es el 2%). De todos modos esta inversión ha permitido a España acercarse a los países punteros en temas de I+D.
Continuando con la clase hemos desgranado mejor que quieren decir estas tres iniciales "mágicas" en el ámbito científico y con las que muchas veces a los políticos se les llena la boca hablando de ellas --> I+D+i
I: La investigación supone generar conocimiento NUEVO.
D: El desarrollo es buscar aplicaciones a ese conocimiento nuevo generado.
i: La innovación se deja para las inversiones que en tecnología que deben realizar las administraciones públicas o las empresas sin que esta tecnología suponga un avance nuevo sino una mejora y una evolución para la propia empresa.
A raíz de esto han surgido dos preguntas:
¿Genera la universidad innovación?
La respuesta más aceptada ha sido "Si, pero..." Aceptamos que la universidad es un centro de conocimiento y que muchas veces este conocimiento se transfiere a empresas (generalmente locales, pero también de fuera) cuando se firma proyectos con ellas para desarrollarles algo. El pero ha venido a la hora de cuantificar si esa innovación es mucha o poca. Algunos pensábamos que se realiza, pero que se debería realizar más.
¿La universidad debe aceptar toda demanda planteada por una empresa?
La universidad como estamento público debe poner su conocimiento al servicio de la sociedad (que es quien la sustenta), sin embargo esto no quiere decir que deba aceptar toda petición, ya que puede darse el caso de que exista otra empresa que realice ese mismo trabajo y que por lo tanto la universidad no de un servicio extra ni de mayor calidad, simplemente el mismo servicio y posiblemente más barato (por eso le interesa a la empresa que lo solicita). En estos casos la universidad no debería ofrecer sus servicios.
Para las relaciones universidad-empresa está la OTRI (cada universidad tiene la suya)
Mostrando entradas con la etiqueta empresas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta empresas. Mostrar todas las entradas
martes, 12 de abril de 2011
Como fomentar la innovación
Para intentar marcar unas pautas básicas que se deberían establecer y cumplir por los países, regiones, universidades, empresas... primero debemos definir que es la innovación, ya que muchas veces se habla de ello si saber muy bien lo que es.
Según el Manual de Oslo, la innovación es: “la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores”.
Por lo tanto sabiendo esto lo primero que se me ocurre a mí es la palabra inversión, pero no sólo por parte de las administraciones públicas, sino también por parte de las empresas privadas. Está demostrado que la inversión en nuevas tecnologías por ejemplo se amortiza antes de que esa tecnología quede obsoleta. Hoy mismo he escuchado una noticia en la televisión de una empresa española que ha desarrollado el sistema basado en RFID para evitar las pérdidas de maletas en los aeropuertos (actualmente ya está implantado en Barajas) pero Spanair ya está interesada en su implantación. Esto es un claro ejemplo de innovación y mejora de servicios.
Al margen de la inversión también es importante que las empresas cuenten con trabajadores con un perfil tecnológico, sin importar el ámbito de la empresa, ya que estos (sin menospreciar a otros profesionales) son los que pueden implantar mejoras sustanciales tecnológicas en las empresas, o por lo menos contratar periódicamente los servicios de consultorías especializadas.
Por parte de los países (en particular España) de debería buscar el fomentar la creación de empresas propias de alto carácter tecnológico e innovador y además que ofrezcan un valor añadido al país. Sectores como la nanotecnología, la biomedicina, e-salud... son sectores emergentes donde hay mucho por hacer y que pueden ser interesantes para que países sin empresas punteras en otros sectores como la energía o la automoción intenten abrirse paso.
Parte de estas ideas las he tomado analizando el plan estratégico español de innovación que se puede consultar aquí.
A parte de esto, intentando buscar otra noticia he dado con este trozo del programa A hombros de gigantes de rne5 que me parece interesantísimo sobretodo porque viene al pelo con lo que estamos viendo todas estas semanas en la asignatura: España investiga mucho pero patenta poco. Os animo a los que leáis esto que lo escuchéis.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)